En una ciudad como Madrid te puedes encontrar muchos sitios donde ir a cenar o a comer, sitios variados, ricos y bien de calidad precio. Ya sabemos que la gastronomía del norte es famosa por su riqueza en sabor y ya ni os digo en la cantidad que proporcionan. Este lugar situado en pleno corazón del Barrio de Salamanca, en la calle Velázquez, tiene ya mucho ganado.
En un semisótano, en el que la luz natural no es un aspecto característico del lugar. Antiguamente había un Asador de toda la vida, del que el recuerdo que se tiene es un lugar acogedor, amplio, pero algo triste por su especial configuración sin demasiada luz natural.
La reforma realizada en el lugar, ha conseguido un espacio muy agradable, alegre y en el que es muy fácil sentirse a gusto.
Consta de distintos ambientes que van desde la barra y las mesas altas contiguas, a la zona de mesas convencional, con una gran mesa comunal ejerciendo de frontera entre ambos mundos. La zona que más me gusta es la que se encuentra en la entrada, con una chimenea de pega, sillón chéster y butacones. Pero lo más sorprendente es la capacidad que se tuvo de sacar una terraza en plena calle Velázquez y encima haciendo que el paseante se fije más en el local.
Os invito a ir a este lugar si tenéis la oportunidad, y por si acaso antes de ir, ¡no olvides reservar!
¡Hasta la semana que viene!